Gitanas, celestinas y hechiceras - Teatrela

Nirma Prieto, Jossué Gil, Juan Carlos Azuaje Norma Monasterios,
José Francisco Silva, Marisol Matheus y Costa Palamides

Marisol Matheus, Norma Monasterios, Costa Palamides
y Juan Carlos Azuaje

Fotos de Nicola Rocco

“El concepto y puesta en escena efectuada por Costa Palamides fue estricto y a la vez ligera. Enfatizó su trabajo de dirección en generar un todo pleno de teatralidad donde el actor jugase un rol hegemónico sobre cualquier posibilidad de complemento, es decir, minimizando al máximo la inserción del recurso escenográfico a solo un amplio pero sencillo diseño telón semicircular realizado por la dupla creativa de las hermanas Valentina y Adriana Herz, en conjunción con la pintura escénica de Jesús Barrios permitieron recrear un ámbito urbano lusitano de época donde se mezclan con alborozo gitanas busca monedas que esculcan las manos del público incauto, donde ansiosos viudos desean suertes esponsales y aspirantes moros y judíos rondan a doncellas poco prestas himeneos preestablecidos pero ablandadas por las siempre astutas celestinas de turno”.
“Un espectáculo que fluyó con gracia, soltura y animoso desparpajo histriónico. Esto fue el verdadero acierto de la dirección de Palamides quien logra cuajar un respuesta actoral homogénea e imbuida de un sabroso salero que atrapa el interés del público espectador. En el desempeño grupal pude visualizar un decantado ritmo para cada escena, una gran movilidad sostenida sobre una base coreográfica firme trabajada por el coreógrafo Miguel Issa que captando la idea central de Palamides fortaleció la dinámica situacional de cada argumento”.

“Por su parte, los aportes de iluminación diseñado por Víctor Villavicencio generó adecuadas atmósferas de calle o de intimidad de casa que favorece el clima dramático deseado. De igual manera, el vestuario (diseñado por Raquel Ríos y realizado por Elizabeth Suárez) calzó con sentido de época pero sin pecar de excesos de miriñaques y accesorios. Bajo la severa y profesional vigilancia de la incansable Cocó Seijas como productora artística y la eficiente producción general de Juan Carlos Azuaje, el empaque global de este producto teatral adquirió su sello de garantía”.

“La respuesta actoral individual fue asertiva aunque con algunas debilidades. No era fácil encarnar composiciones variadas para cada uno de los intérpretes que se sumaron a esta aventura escénica; empero, con las altas y bajas que pueden darse en el transcurso de cada representación, estoy convencido que el fogueo, la experiencia y formación artística y técnica de cada uno de ellos hará que el espectáculo crezca con el pasar del tiempo. Es ahí que la visual de construir imágenes de personajes tan disímiles como la del apocado cura al sagaz campesino, la ávida celestina a la melindrosa casadera pasando por aspirantes moros y judíos especulosos son armados con perfilada actitud compositiva por parte de estupendas actrices como Marisol Matheus, Nirma Prieto y Norma Monasterios quienes lucieron sueltas, con agudazo olfato escénico y plenas de un sabroso encanto”.

“Los desempeños ofrecidos por José Francisco Silva y Costa Palamides los sentí sólidos en ánimos y bien aplomados tanto en su entrega externa como en la dosificación de energía para cada papel. La labor interpretativa de Josué Gil y Juan Carlos Azuaje que algo oscilante en cuanto al cambio de personajes; en unos brillaban con soltura, en otros un tanto planos y contenidos, más sin embargo, supieron sacar buenas migas de profesionalidad y ayudar a compactar la proyección artística del conjunto”.

"En resumidas cuentas, “Gitanas, celestinas y hechiceras” se convierte en un montaje digno de ver solo o en familia y que es una estupenda oportunidad para degustar del sabor del teatro clásico mediterráneo que muy pocos grupos de la capital saben concretar con eficacia y sentido de lo que demanda esta clase de producciones teatrales. Hay en esta propuesta cancha, concha y caché”.

Carlos Herrera. Bitácora crítica. Página web “A rumbear”.